domingo, 7 de octubre de 2007

La musa del jazz


Salí apresurada una vez más, la clase de baile se había alargado demasiado como de costumbre, pero esta vez no podía perder el autobús ó me despedirían.


Corrí atravesando el parque, la lluvia caía calándome hasta los huesos pero nada me importaba, solo ese maldito autobús y no tenía tiempo ni de pararme a sacar el paraguas. Entonces fue cuando él chocó contra mí ó yo con contra él, eso ya no importa y caí sobre un enorme charco embarrizándome entera de los pies a la cabeza:


-Maldito idiota, ¿ no ves por donde vas?

-¡Oh dios mío¡ Lo siento, lo siento muchísimo, fíjese como se ha puesto¡

-Esta bien, déjeme, tengo que ir a trabajar, deme mi bolso.

-Jajá jajá ¿ pero se ha visto?. Además acabo de pasar por la parada, han anunciado retraso de una hora por megafonía a causa de las lluvias. Yo vivo aquí a la vuelta, acompáñeme. Puede estar tranquila porque vivo con mi asistenta, le prestaré algo suyo, ella es algo más gruesa pero le servirá para pasar el día. Tiene barro hasta en el pelo y es lo mejor que se me ocurre, un baño y una taza de café. ¿ Que le parece?

-¿ Retraso? ¡Oh no¡ me despedirán¡ ya me han dado un ultimátum en la empresa¡

-¿ Tiene mucho trayecto?

-Si, este autobús me lleva a otro y ese a otro. Hago un recorrido de tres horas para llegar al polígono industrial, trabajo en un almacén, si me despiden no podré pagarme las clases de baile, ¡ ni el alquiler y ya debo dos meses¡


Me derrumbé abrazando a aquel extraño. Tendría unos veinte años más que yo y aspecto de atractivo maduro con aire bohemio, pero en eso momento solo vi un hombro sobre el que llorar. Vestía chaqueta y pantalón de lino, zapatillas de esparto y barba de unos días. Se limitó a abrazarme y protegerme de la lluvia bajo su paraguas:


-¡Tranquila muchacha¡, yo puedo acercarte a ese polígono, en coche será algo menos de una hora y si no perdemos tiempo lloriqueando, llegaras a tiempo. Vamos a mí casa a secarte y tomar ese café.


Subimos hasta la cuarta planta del edificio. La casa apenas tenía algunos muebles. Una mecedora, un precioso escritorio caoba donde reposaban una pluma sobre folios en blanco y en medio del salón, ganando el protagonismo de la escasa decoración, un precioso diván de terciopelo rojo. Me guió hasta el baño y me prestó un albornoz y algo de ropa pasada de moda:


-¿ No dijiste que vivías con la asistenta? No la veo

-Si, te mentí, discúlpame, de otro modo no hubieses subido. Voy a la cocina a preparar el café.


Cuando salí de la ducha Louis Armstrong inundaba la casa con su jazz. Me dirigí al salón descalza, cubriéndome con el albornoz y me senté en el diván mientras averiguaba donde nos sentaríamos para tomar ese café. Regresó de la cocina con las tazas en las manos y se sentó junto a mí, con el torso desnudo. No sé si fue el blue, el café, su torso ó la profundidad de sus ojos, pero le besé. Me desprendí del albornoz que tapaba mi cuerpo, me tumbé en el diván y abrí las piernas como reclamo. No tardó en echarse encima de mí, él con su pantalón de lino y yo con mi piel como único vestuario. Besó cada rincón de mi piel, la suavidad de sus manos arrancó de mí placeres que jamás había sentido y me penetró con la furia y astucia del gavilán hasta quedar extasiados sobre el diván. Después me pidió que me vistiera y me marchara:


-¿ Cómo?

-Debes irte. Te daré dinero para un taxi y llegarás a tiempo al trabajo, ahora por favor, márchate.

-¡No entiendo nada ¡

-Soy un poeta, un mísero poeta. A veces las musas me abandonan y tengo que salir a buscarlas. Tu serás mi musa. Cuando te vi, note como la danza envolvía tus movimientos y me llevó a provocar que chocáramos, no fue fortuito. No te aflijas musa mía, no solo te he amado como se ama a una diosa sino que te amaré hasta el final de mis días añorando tus besos, el olor de tu cuello, el sabor de tus pechos, la esencia de tu néctar entregada a mí sobre este diván. Durante una eternidad lloraré sobre esa mecedora esperando tu regreso y el dolor arrancará de mi alma los poemas perdidos. Tú ausencia dará vida a mi pluma y la pluma dará vida a la musa, naciendo así los mejores versos. Ahora debes irte amor mío, no volveremos a vernos.


Me fui con la arrogancia del despecho y la dignidad de fachada. Con su dinero cogí un taxi y llegué puntual al trabajo, entré en secretaría y completamente aturdida pedí la carta de despido.


Han pasado tres años. Ahora vivo en Londres, por fin he conseguido trabajo dentro del mundo artístico y me gano la vida con la danza, el sueño de toda bailarina. Cuando subo al escenario y los focos deslumbran mi rostro, creo divisar entre el público a mi amado poeta ó quizás viva dentro de mi corazón. No pasa un solo día sin que añore sus besos, el olor de su cuello y el sabor de sus labios. Le amaré toda la eternidad y cuando la luz de los focos estallan contra la melodía, arranca de mi alma los pasos más bellas que jamás se bailaron en un escenario. Su ausencia dará magia a mis pies y mi cuerpo dará vida a la danza. No soy musa, creo que me convirtió en poeta y escribo versos bailados sobre el escenario ... ó puede que tan solo sea amor.
P.D: A mi querido poeta y vecino del cuarto, gracias por ese lindo poema. Una vez, en mi atrapasueños, quedó prisionera la historia de esta musa...... ¿ será tuya?.
Muakkiss.

11 comentarios:

Dashina dijo...

Preciosa historia Indya, con un poco de todo, con algo de amor, de sueños y con mucho de poesía.

Un beso!

Duquesa_Van dijo...

Niña que pasada de relato, genial, aunque no pueda ver tus comentarios cada día, ver tus relatos una vez a la semana es como mi metadona, el consuelo de mi adicción.

Te echo de menos

Muas

Anónimo dijo...

Vaya Indya si has vuelto!!!! joder y yo sin saberlo! cachis en to! como estas? cuanto tiempo sin saber nada, espero que las cosas te vayan bien, un abrazo, te voy a enlazar para no volver a perderte eh? enga un beso, precioso relato, como siempre.

Mariquilla Terremoto dijo...

Precioso Indya, precioso...

El vecino del 4º dijo...

hermoso... el lino, el poeta, la musa y el verso...mezcla eterna...

te contaré un secreto...cada poeta dice tener o perseguir una musa...la mayoría mienten, en el fondo deseen tener todos mil musas...una para cada noche, para cada poema, para cada verso...

muakssssss

tu vecino del 4º

Malena dijo...

¡Será posible que tengas nuevo blog y no me hayas dicho nada! Ahora me pondré a llorar :(

Bienvenida, Indya y que disfrutes mucho en esta nueva andadura. Mil besos.

Duquesa_Van dijo...

Mariiiiiii a ver si hoy también haces magia y me dejas un comment corazón!!
y si puedes, lee el post de mariqui, eso si, con pañuelicos cerca que vas a lloriquear, esta niña es mas majaaa.

Besitos amore

Anónimo dijo...

Indy

Si no me había enterado que habías vuelto.

Me alegro mucho de que vuelvas a obsequiarnos con tu presencia.

La historía genial como siempre.

Anónimo dijo...

Una historia preciosa, Indya, como todas las que escribes, que me dejan con una sonrisa en la cara.

Un beso fuerte.

Cruela DeVal dijo...

Como siempre una historia poéticamente preciosa
Enhorabuena por seguir escribiendo
Besooos

pandora dijo...

tus letras se deslizan tranquilas por la pantalla, entran en mis ojos para llegar a mi corazón donde la poesía se convierte en lágrima y la historia en poesía.

un beso desde mi caja.
pandora.