miércoles, 31 de octubre de 2007

La leyenda del ángel negro

- Bajemos al pueblo, esta anocheciendo

- Espera, la vista desde aquí, el mar, las montañas .... ¡ Es tan romántico!, quiero quedarme un rato más a tu lado.¿ Que sucede? Te has puesto muy serio.

- Te parecerá una tontería, pero son historias con las que he crecido que me causan respeto. Ocurrió en estas montañas gallegas. Aquí arriba, en las ruinas de esa cabaña, habitaban los Xacobe. Ella enviudó cuando su hija apenas tenía dos meses, por eso los aldeanos comprendieron que sin apenas guardar el año de luto, volviera a casarse con Don Nicolás, veinte años menor que ella. Un hombre poco agraciado y farruco que llegó a este pueblo sin un penique en los bolsillos y era conocido en el pueblo por su afición a la sidra y las palizas que le propinaba a la que había sido hasta entonces su novia. Sabido era que aquel matrimonio era un pacto, en el que el varón trabajaría el ganado y las tierras a cambio de recibir aquella herencia cuando la mujer falleciera.

La pequeña Mirella era una criatura hermosa, de cabello oscuro, ojos de cielo y la tez blanca como las nubes. Una descomunal belleza que fue castigada a golpe de cinturón desde su infancia por su padrastro para enmendarla en el buen camino. El decía ver en la muchacha ojos embrujados por el demonio. Muchos fueron los que oyeron sus llantos retumbando en las montañas, noche tras noche, en las que la pequeña era castigada en el nombre de Dios , suplicando perdón por sus pecados y misericordia para su alma.

A los trece años, cayó enferma. Tras varios días sin mejoría, bajaron a casa del Doctor, que para sorpresa de la aldea diagnosticó un embarazo. La madre se arrojó en uñas al cuello de Don Nicolás, acusándole de lo que todos sospecharon, pero Don Nicolás dijo estar bajo el hechizo de Mirella y ser víctima de los poderes de la bruja. Nadie ayudó a la pequeña, incluso su madre agachó la cabeza ante la disculpa de Don Nicolás, que arrastró montaña arriba a Mirella , gritándole enfurecido:

- ¡Yo no alimento a brujas ni fulanas, desde ahora, tirarás del arado y trabajarás las tierras para ganarte el pan tuyo y del bastardo que llevas en tu vientre!

Durante los nueve meses, le obligó a rezar, a pesar de su estado, arrodillada en esta roca saliente sobre la que nos sentamos. Una noche, mezclados en el eco de las montañas, se oyeron los gritos desgarradores de la pequeña anunciando el parto junto a los de Don Nicolás :

- ¡Ayúdeme Madre, por favor!

- ¡Reza pecadora, reza para salvar el alma de tu hijo!

De entre sus piernas empezó a salir la criatura anunciando vida, pero cuando lo abrazó en su pecho, malherida por el duro parto, arrodillada sin tener fuerzas para levantarse, le fallaron los brazos cangrenados de la fatiga y el frío. Su hijo se desvaneció de sus manos, cayendo al acantilado y perdiéndose en el mar. Mirella se alzó, levantó los brazos en cruz y se lanzó al vacío tras él, bajo el silencio pasivo desgarrador de los aldeanos que rompió el grito de Don Nicolás:

- ¡Así salvaras tu alma!

Cuentan los viejos, que el espíritu de la criatura encontró asilo en el cielo protegido por Dios, pero Mirella, quedó como alma errante perdida en estas montañas. Este lugar ha sido elegido por muchos aldeanos para poner fin a sus vidas, lanzándose por el precipicio la noche de los difuntos, convirtiéndose en un ritual de suicidios. Pero cuenta la leyenda, que todo aquel que permanece en esta roca, es poseído por el espíritu de Mirella, que intenta incesante ganarse el cielo para reencontrarse con su pequeño , al fin y al cabo .... es la única forma que le enseñaron de salvar su alma.

- ¿ En serio creer en esas historias? Jajaja

- Las meigas, haberlas hailas y no seré yo el que me quede a comprobarlo. Bajemos al pueblo.

Los que lo vieron cuentan, que vieron al muchacho subir corriendo colina arriba para ayudarla, nadie sabrá que hizo que la muchacha quisiera arrojarse por el acantilado, seguramente una pelea de enamorados. Desgraciadamente, la roca de pizarra debió hacerle resbalar y cayeron los dos por el precipicio.


P.D Indya: Hola a todos, no puedo entrar aquí desde el lunes y hoy ni siquiera puedo dejaros una imagen para decorar un poco este relato, en fin, son lentejas asi que lo cojo jejejeje. Besos a todos, feliz puente y os deseo un terrorífco Halowen.

sábado, 20 de octubre de 2007

De fábula



Pedro era un muchacho travieso de esos que tienen pecas en la nariz y chapetas coloradas. Le gustaba pasar el verano en la casa de sus abuelos, un enorme cortijo rodeado de tierras y olivos. Como todas las mañanas, mientras su abuelo se afanaba en las tareas del huerto, Pedro salía de caza con la escopeta de cartuchos por los alrededores del río, su gran sueño era llegar a ser un gran cazador como su padre y su abuelo, si aprendía a disparar y afinaba la puntería, llegaría el gran día en que podría ir de cacería con ellos.


Aquella mañana Pedro estaba muy contento, llevaba la saca cargada de conejos, muchos más de los que podría comer e imaginaba con una gran sonrisa la cara de su abuelo cuando le enseñara las piezas. Mientras los contaba orgulloso a la sombra de un manzano, escuchó el canto de una golondrina en las ramas, se puso en pie, cargó la escopeta, apuntó .... ¡y disparó!. Pero esta vez no acertó y una de las ramas cayó del árbol propinándole un fuerte golpe en la cabeza.


Mientras se rascaba el chichón apoyado en el tronco, vio acercarse al gran Handú rugiendo a tan solo un metro de distancia de su nariz, echó mano a la escopeta pero antes de que pudiera cogerla, el gran Handú soltó un fuerte rugido y le dijo:


- No tengas miedo, mis colmillos son grandes y mis garras poderosas, pero no he venido a comerte, he venido a hacer un viaje juntos, si no subes a mi lomo, entonces ...... ¡ si te comeré!.


Como Pedro no tenía alternativa subió al lomo del gran Handú y emprendieron un sorprendente viaje surcando el cielo. El lugar elegido fue Asia :


- Agáchate ó huirán. Observa con atención , estamos en la selva, aquí hay muchos árboles y entre ellos viven los gorilas. Aquel grandote de allí, es espalda plateada, el jefe. Todos forman una familia y los enanos que enredan entre las ramas son sus hijos.
- ¿Que le pasa a ese pequeñajo de allí? ¿está llorando?. Preguntó Pedro
- Ayer unos cazadores furtivos asaltaron su campamento, varios gorilas adultos fueron cazados, entre ellos su madre, de la que utilizaran su piel para el mercado negro y sus manos como ceniceros para los turistas.

Y Handú y Pedro reanudaron el viaje, parando esta vez en Australia.:

- Oyes esa melodía, es el canto de la ballena jorobada, habita en estas aguas. Hace cien años había miles de ejemplares surcando el océano, pero el hombre inició su caza indiscriminada. En primer lugar capturaban a la cría en sus redes a sabiendas que su madre no la abandonaría y cuando la madre asomaba la cabeza para respirar miles de arpones se lanzaban sobre ella, todo esto para conseguir su carne, aceite y grasa, de gran valor para la industria. En la actualidad tan solo quedan doscientas de su especie.


Pedro notó como una lágrima caía resbalando entre sus pecas, se montó a lomos de Handú y le pidió que le llevara a casa. Pero Handú le dijo que antes, harían otra parada en África:


- Ves aquellos elefantes, pueden llegar a medir ocho metros de longitud y pesar seis mil kilos y al igual que tú, las ballenas y los gorilas, también forman una familia. Pero también están en peligro por culpa de los cazadores furtivos. Sus enormes cuernos son un gran trofeo muy valioso para el hombre, al igual que para ti los conejos y las golondrinas.

- ¡ No es lo mismo¡
- ¿ Porque no? Todos somos seres vivos incluso las plantas.
- ¿Y tú, acaso no matas a otros más débiles? ¡Tú no puedes regañarme, también eres un cazador!Yo algún día seré fuerte y poderoso como tú, mi padre y mi abuelo.
- La relación más fuerte que une a los seres vivos es la necesidad de alimentarse. Las plantas producen su propio alimento, los herbívoros comen de ellas y los carnívoros de los herbívoros, cerrándose así, la gran cadena Alimenticia. Todos los animales dependemos de ella manteniendo el ecosistema y el ciclo vital, para lo que no estamos preparados es para sobrevivir a la maldad del hombre. Hay cientos de especies en peligro, como el lince, el oso pardo ó el lobo, pero a pesar de los esfuerzos de algunos humanos por salvarles terminarán extinguiéndose.
- ¿ Porque me cuentas todo esto?
- Quizás sea una cuestión personal pequeño. Mírame con mucha atención, podrás encontrar otros tigres, pero a mí, el Rey Tigre de Bali ó uno de los míos, no podrás vernos, nunca jamás, porque dejamos de existir el veintisiete de Septiembre de mil novecientos treinta y siete. Vivíamos en la ciudad de Bali hasta que el hombre se propuso cazarnos hasta terminar con nuestra existencia y lo consiguieron. Para nosotros ya es tarde, pero quizás aún estemos a tiempo de salvar a los demás.


Una gota de lluvia cayó en la narizota de Pedro, despertó y miró a su alrededor, todo seguía igual , no quedaba rastro de Handú, ni de aquel viaje. Echó a correr a los brazos de su abuela para que le curara con una enorme taza de chocolate caliente cuando cayó en la cuenta de que se había olvidado su escopeta bajo el manzano, pero nunca volvió a por ella.





Colorin colorado......... este cuento, se ha acabado y que nuestras conciencias hallen la moraleja.

sábado, 13 de octubre de 2007

Venganza


Antes de nada, quiero daros miles de Muakkiss y deciros a todos que os leo pero no puedo comentar, ni siquiera aquí, en mi propio blog ¡ grrrrrrr!. Me hace mucha ilusión que vayais todos llegando como gotitas que quedan atrapadas en mi red, en mi atrapasueños y ahora....... vamos con el relato.



Notó un fuerte olor a amoniaco que la despertó. Al verse atada de pies y manos en aquella silla gritó una y otra vez pidiendo auxilio. Miró su alrededor intentando ubicarse dentro de aquella situación ¿ qué había pasado?. Recordaba la habitación, ese fin de semana, su novio había alquilado una casa rural perdida en el Monte Olimpo, lo había preparado todo como una gran sorpresa. Después de dos años de relación y rozando la cuarentena, no había duda que ese fin de semana, las montañas Griegas serían testigo de una pedida de mano. Raquel recuerda el vino, la cena y el vacío empezaba ahí para terminar en aquella silla maniatada, todo rodó como una película en cuestión de segundos y cuando consiguió mantenerse de frente sin dar bandazos con la cabeza, le vio, observándola fijamente, sin pestañear, sin mover un dedo por ayudarla y socorrerla, completamente libre y disfrutando del espectáculo, inmóvil, su novio:


- Puedes gritar todo lo que quieras, por eso no te he amordazado. Tus gritos se irán al aire y en aire se convertirán hasta extinguirse y fundirse en la nada. ¿ Sientes tus manos fuertemente atadas y los pies? ¿ Sientes la impotencia de no comprender que esta pasando? ¿ Sientes la angustia de que nadie te oiga a pesar de tus gritos? ¿ Lo sientes? Entonces estos años que llevo preparándolo todo han merecido la pena. El día que me acerqué a ti ni siquiera te diste cuenta que hacía tiempo, ya habíamos tenido nuestro encuentro, por el contrario, yo lo vivo cada día. Fue en el 99, cuatro de Noviembre a las tres de la madrugada. Mi pequeña se despertó llorando en su cama, tenía fiebre alta y un fuerte dolor de cabeza y salí corriendo con ella al hospital, donde tú estabas aquella noche de guardia ó al menos eso debías haber hecho. Me acerqué a aquel maldito mostrador una y otra vez, exigiendo que una pediatra viera a mi hija tras una larga espera, pero la señorita volvió a rogarme que esperara. Cuando al fin ocupaste tu puesto de trabajo, diagnosticaste un virus, un simple virus y regresamos a casa. Al abandonar el hospital, vi como un médico te felicitaba por haber conseguido la plaza y le invitaste a tu fiesta. Me tranquilizó saber que no eras una novata pero me molestó el olor a alcohol que había percibido al hablar contigo. ¡ Se habrá tomado una copa, pensé, no más!.


Una hora después regresamos de nuevo al hospital, mi niña había empeorado, su tierno cuerpecito se había transformado en rígido mármol y volviste a atendernos, aunque esta vez, ya era tarde. Mi pequeña agonizó con una meningitis y la perdí aquella madrugada. Sin más, se esfumó, me robaste todo derecho paterno a abrazar, querer, mimar y ver crecer a mi hija, todo por no haber hecho tu trabajo como debiste, ni siquiera te juzgaron por su muerte ó perdiste tu empleo y mientras todo mi mundo se hundía a mis pies en aquel pasillo gris, te vi salir con una amiga, riéndote, atusando el pelo con desparpajo y celebrando tu gran día, como yo celebro bebiendo en este whisky tu agonía.


En el transcurso de las próximas tres horas, las setas que cenaste destrozarán tu hígado y tus riñones provocándote una muerte lenta y dolorosa y al igual que tú, yo no estaré para escucharte, moriré en breve a causa del veneno que reposa en esta copa. Nos encontrarán tarde o temprano y tus familiares lloraran tu pérdida y pasarán el resto de su vida levantándose cada mañana preguntándose el porque, buscando una explicación, segundo tras segundo, hora tras hora, sin que nadie les dé respuestas. Y cuando Dios nos encuentre... ¡qué decida cual de los dos ha de bajar al infierno!.

domingo, 7 de octubre de 2007

La musa del jazz


Salí apresurada una vez más, la clase de baile se había alargado demasiado como de costumbre, pero esta vez no podía perder el autobús ó me despedirían.


Corrí atravesando el parque, la lluvia caía calándome hasta los huesos pero nada me importaba, solo ese maldito autobús y no tenía tiempo ni de pararme a sacar el paraguas. Entonces fue cuando él chocó contra mí ó yo con contra él, eso ya no importa y caí sobre un enorme charco embarrizándome entera de los pies a la cabeza:


-Maldito idiota, ¿ no ves por donde vas?

-¡Oh dios mío¡ Lo siento, lo siento muchísimo, fíjese como se ha puesto¡

-Esta bien, déjeme, tengo que ir a trabajar, deme mi bolso.

-Jajá jajá ¿ pero se ha visto?. Además acabo de pasar por la parada, han anunciado retraso de una hora por megafonía a causa de las lluvias. Yo vivo aquí a la vuelta, acompáñeme. Puede estar tranquila porque vivo con mi asistenta, le prestaré algo suyo, ella es algo más gruesa pero le servirá para pasar el día. Tiene barro hasta en el pelo y es lo mejor que se me ocurre, un baño y una taza de café. ¿ Que le parece?

-¿ Retraso? ¡Oh no¡ me despedirán¡ ya me han dado un ultimátum en la empresa¡

-¿ Tiene mucho trayecto?

-Si, este autobús me lleva a otro y ese a otro. Hago un recorrido de tres horas para llegar al polígono industrial, trabajo en un almacén, si me despiden no podré pagarme las clases de baile, ¡ ni el alquiler y ya debo dos meses¡


Me derrumbé abrazando a aquel extraño. Tendría unos veinte años más que yo y aspecto de atractivo maduro con aire bohemio, pero en eso momento solo vi un hombro sobre el que llorar. Vestía chaqueta y pantalón de lino, zapatillas de esparto y barba de unos días. Se limitó a abrazarme y protegerme de la lluvia bajo su paraguas:


-¡Tranquila muchacha¡, yo puedo acercarte a ese polígono, en coche será algo menos de una hora y si no perdemos tiempo lloriqueando, llegaras a tiempo. Vamos a mí casa a secarte y tomar ese café.


Subimos hasta la cuarta planta del edificio. La casa apenas tenía algunos muebles. Una mecedora, un precioso escritorio caoba donde reposaban una pluma sobre folios en blanco y en medio del salón, ganando el protagonismo de la escasa decoración, un precioso diván de terciopelo rojo. Me guió hasta el baño y me prestó un albornoz y algo de ropa pasada de moda:


-¿ No dijiste que vivías con la asistenta? No la veo

-Si, te mentí, discúlpame, de otro modo no hubieses subido. Voy a la cocina a preparar el café.


Cuando salí de la ducha Louis Armstrong inundaba la casa con su jazz. Me dirigí al salón descalza, cubriéndome con el albornoz y me senté en el diván mientras averiguaba donde nos sentaríamos para tomar ese café. Regresó de la cocina con las tazas en las manos y se sentó junto a mí, con el torso desnudo. No sé si fue el blue, el café, su torso ó la profundidad de sus ojos, pero le besé. Me desprendí del albornoz que tapaba mi cuerpo, me tumbé en el diván y abrí las piernas como reclamo. No tardó en echarse encima de mí, él con su pantalón de lino y yo con mi piel como único vestuario. Besó cada rincón de mi piel, la suavidad de sus manos arrancó de mí placeres que jamás había sentido y me penetró con la furia y astucia del gavilán hasta quedar extasiados sobre el diván. Después me pidió que me vistiera y me marchara:


-¿ Cómo?

-Debes irte. Te daré dinero para un taxi y llegarás a tiempo al trabajo, ahora por favor, márchate.

-¡No entiendo nada ¡

-Soy un poeta, un mísero poeta. A veces las musas me abandonan y tengo que salir a buscarlas. Tu serás mi musa. Cuando te vi, note como la danza envolvía tus movimientos y me llevó a provocar que chocáramos, no fue fortuito. No te aflijas musa mía, no solo te he amado como se ama a una diosa sino que te amaré hasta el final de mis días añorando tus besos, el olor de tu cuello, el sabor de tus pechos, la esencia de tu néctar entregada a mí sobre este diván. Durante una eternidad lloraré sobre esa mecedora esperando tu regreso y el dolor arrancará de mi alma los poemas perdidos. Tú ausencia dará vida a mi pluma y la pluma dará vida a la musa, naciendo así los mejores versos. Ahora debes irte amor mío, no volveremos a vernos.


Me fui con la arrogancia del despecho y la dignidad de fachada. Con su dinero cogí un taxi y llegué puntual al trabajo, entré en secretaría y completamente aturdida pedí la carta de despido.


Han pasado tres años. Ahora vivo en Londres, por fin he conseguido trabajo dentro del mundo artístico y me gano la vida con la danza, el sueño de toda bailarina. Cuando subo al escenario y los focos deslumbran mi rostro, creo divisar entre el público a mi amado poeta ó quizás viva dentro de mi corazón. No pasa un solo día sin que añore sus besos, el olor de su cuello y el sabor de sus labios. Le amaré toda la eternidad y cuando la luz de los focos estallan contra la melodía, arranca de mi alma los pasos más bellas que jamás se bailaron en un escenario. Su ausencia dará magia a mis pies y mi cuerpo dará vida a la danza. No soy musa, creo que me convirtió en poeta y escribo versos bailados sobre el escenario ... ó puede que tan solo sea amor.
P.D: A mi querido poeta y vecino del cuarto, gracias por ese lindo poema. Una vez, en mi atrapasueños, quedó prisionera la historia de esta musa...... ¿ será tuya?.
Muakkiss.